Todos hemos soñado con esto en algún momento de nuestras vidas y es que ¿quién no quisiera tener la posibilidad de reproducir sus propios objetos decorativos o piezas tan solo introduciendo un plano en la computadora y presionando el botón de imprimir? Casi que responden al unísono: ¡Todos queremos!.
La oportunidad de imprimir objetos sólidos tridimensionales es algo que ya está tomando forma en la actualidad con todas sus invenciones.
Se ha convertido en una tecnología buscada durante años por diversos fabricantes e investigadores que intentaban implementar un método que permita la construcción de los más variados objetos como implantes médicos, piezas de arquitectura y demás elementos en forma sencilla y barata. Afortunadamente la búsqueda ha llegado a su fin con las impresiones 3D.
Una impresora 3D es una máquina capaz de imprimir figuras con volumen a partir de un diseño hecho por ordenador. Con volumen quiere decir que tiene ancho, largo y alto. Lo que realmente hace es producir un diseño 3D creado con ayuda de la computadora en un modelo 3D físico (real).
Es decir, si hemos diseñado en nuestro ordenador, por ejemplo, una simple taza de café por medio de cualquier programa CAD (Diseño Asistido por Computador), podremos imprimirla en la realidad por medio de la impresora 3D y obtener un producto físico que sería la propia taza de café.
Aunque sea difícil de creer, ya es una realidad que ha escapado de los laboratorios de ensayo, y si bien todavía no han alcanzado el status de presencia que ostentan las impresoras de tinta o láser, lo cierto es que ese es el camino que tomarán este tipo de dispositivos, cuando su valor y los costes de operación bajen a precios que pueda pagar cualquier usuario, y justo en ese momento comenzaremos a verlas al lado de cualquier PC en muchas localidades de la ciudad.
Lo peligroso de esta tecnología en el momento en que se haga de común uso y de fácil acceso al público, es que al brindar la posibilidad de trasladar esta tecnología al ámbito hogareño, cualquiera en definitiva podría llegar a fabricarse un arma letal.
Será en este punto donde los gobiernos y las legislaciones mundiales deberán poner el acento, y encontrar el equilibrio justo entre la libertad de la que los individuos deben gozar, frente a los perjuicios que dicha libertad puede llegar a ocasionar, cuando por ejemplo una impresora 3D caiga en manos equivocadas.
Sin embargo en el campo de la medicina hay que darle la gran bienvenida por los avances que ya son posibles y que se ofrecen para ser aplicadas e integradas en cualquier servicio médico que lo desee, ya sean hospitales, clínicas o institutos de investigación.
Este servicio de alta tecnología permitirá poseer el equipamiento médico en áreas de difícil acceso, material quirúrgico específico y personalizado, formación médica y entrenamiento con modelos impresos en 3D para la realización de cirugías de alto riesgo, avances en la impresión de tejidos vivos y piel, prótesis personalizadas entre otras.
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